Los primeros espacios de trabajo compartidos, donde las personas iban a trabajar y a parte a socializar, aparecieron a finales de los años 90. El término coworking fue inventado por Bernie en el año 1999 pero es en el año 2005 cuando empezó a extenderse deprisa entre los freelancer de EEUU y desde hace relativamente pocos años en España y Europa. Ya hay más de 13.000 espacios de coworking en el mundo y España está en la tercera posición en cuanto al número de coworking, detrás de EEUU y Alemania.
En los últimos tiempos el coworking está tomando más sentido si cabe debido a la globalización y más aún en estos tiempos de pandemia donde la forma de trabajar y la forma de relacionarnos con nuestros clientes, compañeros y empresa ha cambiado.
Un coworking es un espacio de trabajo y reunión, con una infraestructura mucho más preparada que la que tenemos para trabajar en nuestra casa, pero es mucho más que una oficina a bajo coste. Nos proporciona un espacio con el mobiliario y la luz adecuados, todas las tecnologías y herramientas necesarias, y totalmente acondicionado para desempeñar nuestro trabajo de la manera más productiva posible. Pero además, tiene una serie de beneficios y ventajas que nos permite adaptarnos a la nueva forma de trabajar sin renunciar a los aspectos más importantes de la vida laboral como de la vida personal.
trabajar en un coworking es muy similar a trabajar en una empresa, pero en vez de compartir oficina con compañeros de otros departamentos, tienes al lado a profesionales de diferentes ámbitos profesionales y sectores con los que puedes generar nuevas oportunidades y sinergias. Te sentirás miembro de una comunidad y tú decides con quien hablar, de qué hablar y qué compartir.
Además, trabajar en un coworking puede mejorar la imagen de tu negocio, ya seas freelancer, emprendedor o profesional independiente ya que puedes recibir a clientes o proveedores en un ambiente profesional de trabajo, e incluso, recibirlos en salas de reuniones de las que disponen estos espacios.
Por último, es importante resaltar que la base del coworking recae sobre su comunidad, una comunidad multidisciplinar que generará proyectos, servicios y contactos; y que estará dinamizada por un gestor o community builder que además de ayudar a generar colaboraciones, actividades e iniciativas en el espacio ofrecerá ayuda personalizada a los coworkers. Esta última es la principal característica que diferencia un coworking de una oficina compartida o centro de negocios.
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