Llevamos ya casi un año viviendo en medio de una pandemia y para los negocios, sobre todo los físicos, es una prueba de fuego.
Me jugaría el cuello a que prácticamente ningún emprendedor tenía previsto en el análisis de riesgos de su empresa o negocio, este peligro.
Lo bueno (yo siempre intento sacar la parte positiva hasta en los peores momentos) es que, aunque a posteriori, hemos hecho análisis de qué puntos críticos tenemos que salvaguardar porque son los que pueden colapsar nuestro emprendimiento y acabar con él. Este análisis nos facilita tomar medidas al respecto.
Por otro lado, yo creo que, dado que vivimos en una sociedad en la que la adaptación al cambio de las empresas es fundamental para sobrevivir y desarrollarse, al llegar la pandemia hemos tenido que acelerar este proceso, pero en realidad estábamos en ello.
Además, llevamos muchos meses trabajando bajo muchísima incertidumbre y todavía no tenemos claro hasta cuando durará la situación crítica. El proceso de vacunación ayudará a que termine la crisis, pero nadie concreta cuando será.
Por eso, tenemos que lidiar con la fatiga pandémica y ¿cómo lo hacemos?, pues aquí te dejo 5 consejos que yo, personalmente, aplico:
1. Céntrate en identificar lo que sí puedes hacer:
Tendremos que gastar nuestra energía en ello, no en apenarnos por lo que ya no podemos hacer.
En nuestro caso con el Coworking, por ejemplo, nos hemos adaptado a hacer actividades híbridas en nuestras salas de reuniones (presenciales y online a la vez) o directamente online.
2. Distráete para descansar la mente de la ansiedad y el miedo:
Desconectar del bombardeo de los medios de comunicación y de quienes te lo recuerdan constantemente.
Es nuestra responsabilidad cuidarnos, descansar y llevar una vida lo más sana posible para afrontar nuestro emprendimiento.
Para esto yo me centro en las tareas de trabajo de cada día y en los momentos de ocio, aprovecho para mis hobbies. Busco momentos de serenidad.
3. Aprende a conseguir centrarte en tu negocio:
Hay métodos y herramientas que podemos usar, como por ejemplo el Mindfulness que nos ayudará a centrarnos en lo que estamos haciendo en ese momento. Pide ayuda si no encuentras la manera.
Yo, por ejemplo, tengo identificado el Coworking como mi sitio de trabajar, por lo que cuando llego a él, mi mente ya se centra en mis tareas del trabajo diario, sin más.
4. Tenemos que enfocarnos más que nunca en el cliente:
Pues su manera de consumir nuestros productos o servicios ha cambiado y tenemos sí o sí que adaptar nuestra empresa, introduciendo por ejemplo nuevos recursos tecnológicos o diversificar abriendo nuevas líneas de negocio.
Debemos tener un emprendimiento flexible que pueda adaptarse fácilmente.
En nuestro Coworking, por ejemplo, tenemos claro que la flexibilidad horaria es importantísima para que nuestros clientes, por ejemplo, puedan tener reuniones fuera de un horario laboral habitual, incluso en fines de semana.
5. Revisar nuestro propósito:
Si conseguimos aflorar de nuevo la ilusión en nuestro emprendimiento, podremos sacar la pasión y energía que necesitamos para continuar el camino del emprendimiento.
Si no lo hacemos, no tendremos fuerzas suficientes para soportar este camino de incertidumbre.
Yo reviso mi propósito de vez en cuando, “hacer que los emprendedores tengan un espacio de encuentro y acompañamiento” y cada vez que lo hago, renuevo la ilusión en mi trabajo.
CONCLUSIÓN
Sé que decirlo parece fácil, pero no lo es. Todo lo que aquí comparto contigo, yo me esfuerzo cada día en hacerlo y tengo resultados.
Algunas cosas ya se han convertido en hábito, en otras todavía tengo que aplicar energías para conseguirlo, pero me lo tomo como algo normal que me acepto a mí misma.
Lo importante es tener claro en qué gastas tus energías, en pensar en lo desgraciado que eres por las circunstancias que te han tocado vivir, o afrontarlo y ver las oportunidades que se abren delante de ti.
¡Tú decides!.
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